El
Sábado 19 de Octubre del presente año tuvo efecto un nuevo disturbio eléctrico,
ahora en la subestación (S.E.) Madero del Área Central de Atención del Sistema
Eléctrico Nacional, en lo que es la zona de trabajo de Luz y Fuerza del Centro
y del Sindicato Mexicano de Electricistas, Dicho evento se suma a otros que
“casualmente” se ha venido presentando de cuatro años a la fecha en el centro
del país, especialmente el ocurrido el 17 de Junio de este mismo año en S.E.
cerro gordo.
Ambos
disturbios causaron una gran cantidad de perjuicios económicos y sociales a
millones de usuarios del nororiente de la zona metropolitana, sin que hasta
el momento ninguna de las autoridades de
la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se haga responsable de dichas
afectaciones al patrimonio de los mexicanos que habitan esa parte de la zona
metropolitana.
Sin
embargo, estos eventos llaman la atención sobre asuntos semejantes que en le
pasado sucedieron y que justificaron la privatización de otros organismos
públicos descentralizados, como lo fueron ferrocarriles Nacionales de México y
Teléfonos de México.
En
efecto tendríamos que recordar que a finales del periodo de Carlos Salinas y
durante el mismo de Ernesto Zedillo, en aquellas empresas “casualmente”
empezaron a presentarse las descomposturas” de infinidad de aparatos
telefónicos públicos y multitud de fallas en el servicio de la telefonía doméstica en el caso de TEL-MEX, así como el
descarrilamiento de trenes e incendios en centros de trabajo en el caso de
Ferrocarriles. Todo ello tuvo la intención de presentar a dichas empresas como
“ineficientes”, “improductivas”, “onerosas” y como una “carga para el país.
En
ese contexto, no sería nada raro pensar que los disturbios eléctricos sean
actos nada fortuito, que hayan sido provocados por las, eso sí, incapaces
empresas contratistas al servicio de CFE y que sirvan para exhibir a esta
paraestatal como un organismo incapaz ante los ojos de la población, para así
justificar la necesidad de que empresas
extranjeras se hagan cargo de este servicio público vital para la vida
económica, política y social de los mexicanos.
Durante
1998, en Buenos Aires, la capital argentina sufrió un apagón que duró más de 11
largos días aquella tragedia surgió una frase que se paseó por toda América
Latina y que recuerda los trastornos formidables que ocurren cuando se entrega
las industrias estratégicas a las empresas privadas, dicha frase: “¿SI LA PRIVATIZACIÓN ES LA CURA, POR QUE ARGENTINA AGONIZA?” Lo mexicanos no debiéramos olvidar
las experiencias desastrosas de las privatizaciones en materia de energía
eléctrica, porque vamos a repetir la que ya nosotros mismo vivimos antes de la
Nacionalización de 1960 y que los argentinos vivieron con las privatizaciones.
Por
ello, y desde nuestra perspectiva, es fundamental la defensa de los organismos
públicos encargados de atender las áreas estratégicas que establece el párrafo
cuarto del artículo 28 constitucional, esto es, Petróleos Mexicanos (PEMEX) y
Comisión Federal de Electricidad, desde luego liberadas ambas de as infames
políticas neoliberales que las han desbaratado en provecho de las
transnacionales y de los extraordinarios marcos de corrupción que permean a los
altos niveles de funcionarios, así como también de sus capas putrefactas de
seudo líderes “sindicales” como Romero Deschamps y Fuentes del Villar.
Esa
película ya la vimos y no es nada agradable, así es que remojar nuestra barbas.
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