La Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció que el año pasado tuvo una pérdida neta igual a 17 mil 168 millones de pesos, derivada de los incrementos en el precio del combustible (una canasta de precios basada en combustóleo), subsidios al consumidor por 83 mil 383 millones de pesos y a que sus costos laborales aumentaron 11.3%.
Sus pasivos crecieron 21.4% para llegar a 593 mil 227 millones de pesos.
De acuerdo con el informe enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la aplicación de subsidios frente al pago de aprovechamientos que hace la CFE (una especie de ISR) culminó con una insuficiencia de las tarifas por 26 mil 91 millones de pesos que pegaron en la valuación de su patrimonio.
La intervención de la CFE en la zona del Valle de México, donde operaba la extinta Luz y Fuerza del Centro, incrementó su costo laboral de manera importante para llegar a los 266 mil 112 millones de pesos.
Además, informa, se tuvo que utilizar una gran cantidad de energía térmica, basada en combustibles fósiles, debido a que la generación a partir de las centrales hidroeléctricas no se pudo realizar con la continuidad acostumbrada por la sequía que azota el país.
Así como se incrementó el costo de operación por la Región Centro del país, también sus ingresos mejoraron. Las ventas netas de la empresa mejoraron en 14.7%, al llegar a los 291 mil 939 millones de pesos.
Debe destacarse que en su reporte, la paraestatal señala que sus gastos por salarios aumentaron en 18.5% por la nueva plantilla laboral contratada para la Región Centro y las condiciones derivadas del nuevo contrato colectivo de trabajo.
La CFE informó que el resultado de pérdida neta es consecuencia de la carga financiera por las fluctuaciones cambiarias que fueron desfavorables, el pago de intereses y de ISR.
Asimismo su patrimonio registró un retroceso de 11%, a consecuencia de la pérdida operativa y del mayor pago de intereses, pérdidas cambiarias y la mayor insuficiencia tarifaria.
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