La noche del lunes se filtró a medios un oficio donde el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), bajo las atribuciones legales que se le otorgan desde la Ley de la Industria Eléctrica, avisó que declararía en Estado Operativo de Emergencia a la Península de Yucatán porque no habría suficiente electricidad para satisfacer la demanda.
El oficio, que fue desestimado y casi enterrado al otro día por el propio Cenace a petición de la CFE (así), resultó por demás interesante, pues el operador del Sistema Eléctrico Nacional puso en claro varios asuntos, motivos de controversia tanto dentro como fuera del Gobierno.
El primero es que la subsidiaria CFE Generación V les aseguró que efectivamente no hay electricidad que alcance en el sistema peninsular, que comprende no solo a Yucatán, sino que abarca a Campeche y a Quintana Roo. Esto, motivado principalmente por la falta de gas natural en la zona como consecuencia de una falta de infraestructura para transporte, pero acentuado por la explosión de la plataforma petrolera en mar Abkatul Alfa en abril pasado, que mantiene a Pemex en un “estado de fuerza mayor”.
El documento revela además que no solo el gas natural ha sido el tormento de la Península, sino que “fallas fortuitas y degradaciones” tienen condenada a la región a padecer falta de energía. Esto en referencia a los incendios por los que han tenido que dejar de operar líneas de transmisión que llevan la electricidad del centro al sureste del país.
El mismo oficio afirma que de acuerdo con la CFE, la indisponibilidad del gas natural en la región continuará por los siguientes meses, y precisa que la carencia será de 200 mil Gigajoules al día, lo que mantendrá a sus tres plantas de generación vía ciclo combinado (que operan con gas natural), trabajando a solo una cuarta parte de su capacidad. No está por demás decir que si se tuviera trabajando esas tres plantas a su máximo, aportarían la mitad de la energía que se requiere en el Península, y así el problema sería menor, pero no quedaría por completo solucionado.
Sin embargo, ayer también el Cenace aseguró que la alerta fue emitida de manera “preventiva”, que no hay problemas y que se garantiza el suministro; algo que por supuesto le corresponde informar a la CFE como suministrador del servicio, pues el Cenace, en su pleno derecho, advirtió de la situación a los participantes del mercado eléctrico, nada ahí qué reprochar.
Con esta acción, dejó en claro que aunque la ley le permite ser independiente, el (no la) Cenace se mantendrá sumiso bajo la dirección de Alfonso Morcos, como un apéndice de la CFE de Manuel Bartlett; esta última, que se aferra a esconder un problema a todas luces (irónicamente), impostergable: el desarrollo de infraestructura eléctrica en la región.
De lo último que se tuvo noticia fue que durante 2017 se invirtieron en la Península de Yucatán solo 23 millones de dólares para la construcción de una línea de media tensión y una subestación, y ya. Cierto es que en una más de la larga lista de promesas incumplidas por el gobierno pasado en materia energética está el desarrollo de dicha infraestructura; sin embargo, ya sea solos o con privados, es necesario sacar de las tinieblas a esa región económicamente tan próspera del país.
De acuerdo con la prospectiva del sector eléctrico 2018-2032, de los tres estados que componen a la región peninsular, solo Campeche es superavitario en generación electricidad; Yucatán está apenas en balance, pero Quintana Roo es deficitario, y por mucho.
Digo, tan solo en el caso de Campeche y Yucatán, sus economías crecieron por arriba del 4 por ciento el año pasado, y si no se toman medidas, se le estará dando la espalda al desarrollo en una zona prioritaria para este Gobierno.
Fuente: El Financiero
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