Por meses, más bien por años, esta sección vino haciéndose eco de las quejas de los usuarios de la CFE en toda la República. Desde la huelga de hambre de una diputada federal panista a la que el presidente Calderón dejó colgada de la brocha con la promesa de que bajaría las tarifas en la tórrida zona de Mexicali y su valle, hasta las marchas de ciudadanos enfurecidos en Hermosillo, o las millares de quejas por los apagones en distintas partes del país, además del alza inmoderada de las tarifas. Por otro lado, la compañía que nacionalizó el presidente López Mateos fue devuelta a la esfera de las empresas privadas trasnacionales y nacionales, y de pilón está técnicamente quebrada. Finalmente ayer el Presidente dio posesión a Antonio Vivanco como nuevo director general, en sustitución de Alfredo Elías Ayub. Le impuso la tarea de
erradicar cualquier tipo de privilegios, opacidad o corrupción. Será difícil, son vicios muy enraizados y tiene muy poco tiempo. Sólo faltó que le recomendara que no le corte la luz al embajador. (Ellos entienden.)
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