diciembre 13, 2016

Bajo el manto de Peña Nieto, el gran negocio de ser liquidado

Ser funcionario público de nivel alto y renunciar al cargo o ser despedido de él no es, en México, motivo de vergüenza o desazón, sino de júbilo… por la liquidación que se recibirá. En este sexenio, el presidente Enrique Peña Nieto ha realizado medio centenar de cambios entre los miembros de su gabinete (secretarios de Estado o directores de empresas estatales) y en todos los casos las liquidaciones recibidas por los salientes han sido de escándalo, millonarias en algunos casos, en un país donde el salario mensual promedio apenas supera los siete mil pesos.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Los colaboradores de Enrique Peña Nieto gozan de privilegios laborales a los cuales casi nadie en el país puede aspirar: ganan en un día más o menos lo que un trabajador mexicano promedio gana al mes; aunque la Constitución lo prohíbe (en la fracción II del Artículo 127), algunos perciben más que el mandatario federal, y cuando renuncian o son despedidos tienen programas de “ahorro” o liquidaciones muy ventajosas.

En cuatro años Peña Nieto ha realizado al menos 50 cambios de directores de dependencias gubernamentales. Tres de sus colaboradores salieron en medio de escándalos de corrupción, otros fueron desplazados, unos más contendieron por cargos de elección popular o terminaron acomodados en otro puesto. En cualquier caso, ninguno se fue con las manos vacías.

Proceso realizó 52 solicitudes de información. Por las respuestas que recibió fue posible saber que 13 servidores públicos obtuvieron abultadas liquidaciones; entre ellos, algunos de los hombres más destacados del peñanietismo.

Por cuantía, el caso más notable es el de Emilio Lozoya Austin, quien fungió como director de Pemex desde el inicio de la administración hasta el pasado febrero. De acuerdo con la respuesta otorgada por la paraestatal, a la que se le pidió precisar el motivo de separación del cargo, aquel fue despedido y se le concedió una liquidación de un millón 801 mil pesos.

Para sustituir a Lozoya, Peña Nieto nombró a José Antonio González Anaya –concuño de Carlos Salinas de Gortari– quien antes había sido director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), puesto al que renunció y por el cual fue liquidado con 831 mil pesos.

El sector energético suele recompensar con generosidad a sus altos funcionarios. El pasado 25 de septiembre, la edición 2082 de este semanario publicó que el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, cobró una liquidación de 1.2 millones de pesos cuando renunció a la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Fuente: Proceso

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